Pequeños héroes en Italia: cuatro niños de entre 6 y 12 años salvan a otro de 8 de morir ahogado

La rapidez con la que actuaron y calma con la que lo hicieron cuatro niños de entre 12 y 6 años les ha valido el título de héroes que les han otorgados los medios italianos. Aunque ellos vean con total normalidad lo que a ojos de un adulto es toda una hazaña. Sea como sea, lo cierto es que estos pequeños lograron salvar la vida de un coetáneo de 8 años cuando se ahogaba en la piscina. De no haber sido por ello, como cuenta La Repubblica, el final de la historia podría haber sido otro.

Life ring at swimming pool.emergency tire floating at swimming pool.
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Aunque han trascendido ahora, los hechos ocurrieron el pasado 9 de agosto. Un domingo por la mañana. Era en torno al mediodía cuando Gulio y Debora (10 años ambos), Sara (6 años) y Martina (12 años) disfrutaban de una jornada de piscina en un camping de Bivigliano (Florencia). Fue el primero de ellos se quien se dio cuenta de que en el fondo de la piscina había otro niño.

Se metió el también en el agua y, creyendo que estaba jugando a aguantar la respiración, hizo lo mismo y comenzó a contar. Sin embargo, pronto se percató de que el pequeño, de 8 años, no se movía y de que algo iba mal. Podría haber salido corriendo en busca de un adulto, pero algo debió decirle que no había tiempo y su primera reacción fue pedir ayuda a sus amigos.

Una de las niñas lo empujó mientras las otras dos lo cogieron de los brazos y Giulio lo llevaba hasta la superficie. Cuando lograron sacarlo tenía “la cara y los labios azules, iba a morirse”, ha contado al citado diario italiano el padre del pequeño héroe de 10 años, Francesco Demartis, médico de profesión.

Con el niño fuera del agua, los adultos acudieron a la llamada y le aplicaron los primeros auxilios. Una mujer le dio un masaje cardíaco y otro hombre le practicó la respiración boca a boca mientras llegaban los servicios de emergencias, que se lo llevaron después al hospital pediátrico Meyer.

La madre del menor estuvo presente en todo momento, pero los testigos de lo sucedido intentaron mantenerla alejada para calmarla y que pudiesen atender a su hijo. Según ha contado Demartis, fue su esposa quien “temiendo lo peor, ha intentado protegerla”. Por suerte, después de varios intentos el niño reaccionó y expulsó el agua tragada.

Lo que a ojos de los adultos que fueron testigos del suceso y de los medios de comunicación es toda una heroicidad por parte de los niños, para ellos ha sido algo que “ven con toda normalidad, sin vanagloriarse” de ello. Tanto es así que después, de vuelta casa y pese a las emociones del día, siguieron como si nada, con su rutina veraniega sin darle mayor importancia a que acababan de salvarle la vida a otro niño.

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